2.9.12

¿Dónde estan mis monstruos verdes?

Este es un tema que me lleva ya dando dolores de cabeza desde que decidí que mi sillón de confort, estaba en el terror y el horror. Los noto dentro de mi. Como se mueven, como se retuercen dentro de mi ser intentando abrirme en canal para salir de la jaula de piel en la que los tengo encerrados. Son mis monstruos, que me atenazan día tras día, con los que tengo que convivir. A los que amo con total locura, y los que me odia con total fervor.

No digo nada nuevo, no es una novedad. Antiguamente, estos monstruos te dominaban, sucumbias a sus aullidos y los soltabas por la mano. Hubo momento en el que alguien descubrió que salian de un pincel, una nota o una mina. Desde entonces, transmutar monstruos en arte, se ha convertido en uno de los mejores dones que cualquiera puede desear.

Traigo unas suculentas palabras, del que ahora reconozco mejor creador de monstruos interiores, un simple maestro del horror contemporáneo: Clive Barker


«La buena ficción de horror siempre debe estar un paso más allá de los límites del buen gusto, para que el lector reciba la sensación de que el libro que tiene en sus manos es peligroso. La gente recurre a la ficción de horror para que ésta impugne sus tabúes, y a mí me gusta satisfacer este deseo. Casi toda la ficción de horror empieza con una vida rutinaria que es desquiciada por la aparición de un monstruo. Una vez eliminado el monstruo, todo vuelve a la normalidad. No creo que esto sea válido para el mundo. No podemos destruir el monstruo porque el monstruo somos nosotros. Piénselo: no hay peores monstruos que las personas con quienes nos casamos, o con quienes trabajamos, o que  nos han engendrado.»

No se queda aquí este maravilloso artista. De hecho esto es una simple y burda introducción a lo que realmente expresa su arte, y sus más íntimas motivaciones.

«Mi anhelo de perversidad estal vez un poco más completo que el de algunos de mis colegas escritores —confesó—. Quiero decir que si olfateo la predictibilidad de algo que estoy haciendo,inmediatamente me enfrío y dejo la pluma. Esto determina que mis cuentos sean unpoco escandalosos para algunos gustos, pero también determina que los lectoresaborden mis cuentos con la certeza de que se van a encontrar con algo que no separece a ninguna otra cosa. Supongo que ésta es la cualidad que ha demostrado ser fructífera... Nunca me he autocensurado. Nunca he emprendido una indagación para después detenerme a mitad de camino al darme cuenta de que me lleva a algo más macabro de lo que puedo soportar. Nunca he eliminado ningún subtexto sexual demi obra; en cambio, he tendido a llevarlo hasta sus últimas consecuencias conmucho placer. Y nunca he supuesto que algo era demasiado pasmoso oextraordinario para mis lectores. Siempre he supuesto que son tan valientes,temerarios y morbosos como yo... La verdad es que no me encarnizo con losanguinario. Me encarnizo con todo. Cuando mi relato es sanguinario, es muysanguinario; cuando es sexual, es muy sexual; cuando es humorístico, es muygracioso. No me gustan las medias tintas... Así que no creo ser un buscador desangre. Soy un buscador de excesos. Me gusta llevar los cuentos, los hechos y lospersonajes hasta las últimas consecuencias. Me afligiría que mi público me leyerasólo para ver cómo despedazan a la gente. Esto sería un poco como asistir a una función del Rey  Lear sólo para ver cómo le arrancan los ojos a Gloucester.»




Da bastante que pensar este sublime artista, del que aun me quedan muchas cosas que aprender. Espero que vosotros también seais capaz de sacar vuestros monstruos gracias al brillo que nos deja el señor Barker.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...